El Tribunal Penal de Liberia en la sentencia 75 – 2024, declaró a un hombre de apellido Varela, coautor responsable de los delitos de homicidio, tentativa de homicidio, robo agravado, privación de libertad agravada, privación de libertad sin ánimo de lucro y daños, en tal carácter le impuso la pena de cincuenta años de prisión.
Supuestamente, el encartado aprovechando el auge de las criptomonedas y la existencia de comunidades virtuales donde se negocian libremente las mismas, él junto con unas seis personas más, aún no identificadas, idearon un plan, con el fin de sustraer mediante el empleo de violencia, “Bitcoins”, a personas poseedoras de dichas monedas virtuales, los cuales fueron previamente seleccionados.
En apariencia, en noviembre del 2021, este grupo buscó a un hombre de apellido Rodríguez como comisionista para la búsqueda de poseedores de Bitcoins que estuvieran interesados en vender dichas monedas virtuales. Al parecer, este hombre desconocía los planes de estas personas y contactó a un ofendido de apellido Murillo para la posible compra de las monedas virtuales.
Murillo junto con su padre, en apariencia mostraron interés y contactaron a otro ofendido de apellido Zhang, quien tenía una mayor cantidad de esta moneda y estaba interesado en venderlas. De esta manera, los ofendidos acordaron la materialización de la venta.
El 12 de noviembre del 2021, en horas de la tarde, los agraviados se trasladaron de manera conjunta bajo la guía del imputado Varela hasta un centro turístico ubicado en el sector de La Fortuna, en Bagaces, Guanacaste. Las personas ingresaron a un rancho del centro turístico.
Presuntamente, habiendo asegurado que los ofendidos portaban los Bitcoins y que no tenían posibilidades de ser auxiliados, de acuerdo al plan previamente establecido, salieron de la cocina, cinco hombres quienes portaban armas de fuego de diversos calibres, utilizando armas de fuego y manteniendo un comportamiento violento; los encartados amenazaron a los agraviados para la entrega de la moneda virtual.
Al parecer, de manera instintiva Rodríguez huyó corriendo del lugar donde se desarrollaban los hechos, siendo que los encartados lo siguieron y con la finalidad de darle muerte para procurar borrar cualquier elemento de prueba que los asociara a la sustracción de las criptomonedas, le dispararon en varias ocasiones sin lograr impactarlo. Rodríguez logró escapar de los hombres y se internó en la montaña para salvaguardar su integridad física.
Aparentemente, el grupo de endilgados continuaron ejecutando el asalto, para lo cual inmovilizaron a los ofendidos, amarrándoles las manos y colocando cinta adhesiva en sus bocas, al tiempo que los golpeaban en diversas partes del cuerpo y los amenazaban de muerte. Se presume que, en ese momento, adicionalmente los hombres les sustrajeron bienes personales a las víctimas, como billeteras, documentos, dinero en efectivo, teléfonos celulares, entre otros.
Supuestamente, uno de los imputados le disparó a uno de los agraviados de apellido Murillo provocándole heridas a nivel de brazo, glúteo y pierna. En apariencia, los encartados amenazaron a Zhang y lo obligaron a realizar una transferencia en Bitcoins con un equivalente de más de 200 millones de colones.
Se presume que, este grupo criminal realizó acciones encaminadas a deshacerse de los agraviados y de cualquier elemento que los involucrara en los hechos acusados, por lo que, a uno de los ofendidos de apellido Murillo lo subieron a bordo de un vehículo, privado de su libertad y lo trasladaron a la localidad de Tilarán, y en un lugar solitario lo abandonaron a su suerte, luego este vehículo lo estacionaron y procedieron a rociarlo con una sustancia inflamable para posteriormente provocar el incendio del mismo, con el objetivo de borrar cualquier rastro ilícito.
Presuntamente, un segundo grupo de los encartados, mediante amenazas verbales y con armas de fuego obligaron a los ofendidos de apellidos Jiménez, Murillo (quien ya iba herido por arma de fuego) y Zhang quien después de poner resistencia recibió un disparo en su brazo y fue introducido a la fuerza en el vehículo. Posteriormente rociaron a Murillo y Zhang con una sustancia inflamable, y los obligaron a entrar en la cajuela del vehículo, así emprendieron el viaje con las víctimas privados de libertad.
En apariencia, en el trayecto de huida, por razones aún desconocidas se abrió la cajuela de dicho vehículo y los ofendidos Muriilo y Zhang lograron huir del automotor y se internaron en la maleza para ocultarse de sus captores. A pesar de que ambos agraviados estaban heridos por armas de fuego, lograron encontrar a vecinos del lugar quienes les brindaron colaboración y llamaron a los cuerpos de emergencia correspondientes.
Los hombres continuaron su trayecto de huida con el ofendido de apellido Jiménez, se dirigieron hacia el sector de Liberia, y en las cercanías de un parque nacional, con el objetivo de borrar cualquier elemento de prueba que los asociara con la sustracción de las criptomonedas y así procurar su impunidad, procedieron a rociar el vehículo con una sustancia inflamable, para posteriormente prenderle fuego con la víctima en su interior. Producto de la acción, Jiménez sufrió quemaduras que le provocaron la muerte.
El 12 de noviembre del 2021, en horas de la noche el imputado de apellido Varela, se presentó a la Delegación Regional del Organismo de Investigación Judicial en Liberia, y a sabiendas del carácter ilícito de sus actos, formando parte del plan previamente establecido, afirmó falsamente que se había cometido un delito de amenazas agravadas, coacción y privación de libertad en su perjuicio para hacerlo participar en la ejecución de los hechos anteriormente descritos, a sabiendas de su participación con conocimiento y voluntad en la planificación y ejecución de los mismos.